La luz lo es todo. Sin una correcta iluminación toda obra pasa inadvertida o se convierte en un espacio difícilmente habitable, condenada al abandono y el descuido. Sin una iluminación adecuada todas las tareas para las que se diseña una obra se hacen complicadas, incluyendo su mantenimiento y la higiene necesaria para sus habitantes.
Quienes primero advirtieron esta características fueron constructores muy primitivos que apenas construían humildes chozas y percibieron enseguida las dificultades que entrañaba adaptarse a sus refugios una vez que se cerraban por completo. En la actualidad la luz no sólo es simplemente funcional, sino que contribuye a definir los espacios en la construcción al modificar la percepción de los ambientes. Actualmente la iluminación es clave para la impresión que producen los espacios arquitectónicos en sus habitantes y usuarios.
Natural y artificial, iluminaciones complementarias
Evidentemente la fuente primaria de luz es el sol, al cual se aprovecha activamente por medio de tragaluces y ventanales. Por eso el estudiante de arquitectura debe tener en cuenta la dirección en la que el sol incide sobre el terreno para ubicar correctamente la obra, de acuerdo con el mayor provecho posible de su luz. Esta decisión no siempre es fácil cuando se realizan obras en las que algunos espacios resultan privilegiados respecto de otros.
La iluminación artificial cumple un papel fundamental en los espacios internos, donde no siempre es fácil hacer llegar la luz solar, pero incluso en los espacios exteriores tiene mucha importancia, sobre todo en las horas nocturnas, cuando literalmente visibiliza la obra. La iluminación según su color, intensidad y temperatura, puede producir interesantes efectos, como señalar caminos, delimitar espacios o, en resumen, modificar el diseño sin necesidad de usar elementos físicos. Cuando la iluminación natural y artificial se combinan armónicamente los resultados son fantásticos.
Luces para el conocimiento
En la carrera de arquitectura, tal como se ofrece en España, el tema de la iluminación aparece a partir del tercer año; es decir, a medio camino, y pasa como guía transversal de materias como Ambientalismo, Composición arquitectónica y Servicios técnicos. A efectos de la carrera, el estudio de las posibilidades climáticas y de acometida de instalaciones eléctricas es fundamental para lograr el conocimiento que conduce a la eficiente y armónica iluminación de la obra.
Es importante profundizar en los estudios de los materiales necesarios para aprovechar correctamente las propiedades de la luz y optimizar los recursos lumínicos.